La Nueza, conocida comúnmente como Nabo del diablo, es una planta trepadora dioica, herbácea y vivaz, que responde al nombre científico de Bryonia dioica y pertenece a la familia Cucurbitaceae. Durante el verano se seca y renace en la primavera, resurgiendo de su gran raíz tuberosa. Suele medir tres metros de largo y se adhiere para trepar mediante fuertes zarcillos (de hasta quince centímetros de longitud) que nacen en las axilas de sus hojas. Es originaria del continente europeo donde en su hábitat natural la encontramos en terrenos profundos con algo de humedad, como ser las márgenes de ríos y arroyos, desde el nivel del mar hasta los mil doscientos metros de altitud.

Posee tallos fibrosos, algo pubescentes, de sección cuadrada.  Las hojas son grandes (miden alrededor de doce centímetros de largo) y palmeadas, de color verde intenso; se distribuyen de manera alterna en las ramas. Sus flores pentámeras son blanquecinas; las femeninas se reúnen en inflorescencias de tipo corimbo y las masculinas en racimos. Los frutos son bayas lisas y glabras, verdes al principio y rojas al madurar, miden un centímetro de diámetro, aproximadamente. Las semillas tienen forma oval y son de un tono ocre.

Sus partes tiernas con hojas aún poco desarrolladas pueden servir como alimento (se los prepara como a los espárragos) al igual que la raíz, pero deben dárseles varios hervores cambiando el agua cada vez, puesto que toda la planta es altamente tóxica y así va perdiendo las sustancias nocivas; puede producir úlceras en la piel al estar en contacto con ella, ingerida cruda por vía interna altera el sistema gástrico provocando vómitos y diarreas; en grandes cantidades puede llegar a paralizar el sistema nervioso central (paro cardio-respiratorio) e incluso llevar a la muerte.