La Vid de plata

 

La planta trepadora, de follaje deciduo, conocida comúnmente como Enredadera plateada, o Vid de plata, recibe el nombre científico  de Actinidia polígama y  forma parte de la familia Actinidiaceae. Es originaria del Este de Asia donde se la encuentra entre los quinientos y los dos mil metros de altitud. Llega a medir unos seis metros de largo.

Sus hojas pecioladas son de color blanco plateado, de allí proviene su nombre popular, aunque en época de floración se tornan totalmente verdes; son ovales y acuminadas, con las nervaduras muy marcadas en el reverso (cubiertas de una fina pubescencia) y miden hasta doce centímetros de longitud por unos nueve de ancho. Durante el verano se cubre de hermosas flores solitarias blancas, de cinco pétalos, con un manojo de estambres repletos de polen amarillo en su centro; las cuales alcanzan alrededor de dos centímetros y medio de diámetro.

Las mismas se transforman en llamativos frutos carnosos comestibles ricos en vitamina C y E (tanto crudos como cocidos), que conservan el cáliz que es persistente, de color amarillo a rojizo, con forma de huevo, que contienen numerosas semillas dentro de su pulpa anaranjada y alcanzan su completa madurez en el otoño. Puede extraerse el jugo para beber o bien dejarlo fermentar para obtener con el tiempo una bebida espirituosa similar al sake.

Precisa suelos húmedos pero con muy buen drenaje y ubicaciones que vayan de sombra parcial a pleno sol. Su rápido crecimiento la convierte en ideal para tapizar cercas. Todas las partes aéreas de la planta pueden ser picadas o molidas en conjunto para utilizarlas como té. Dentro de la medicina no tradicional se la ha empleado como tónico para el corazón, estimulante para el aparato circulatorio, reductora del colesterol, antioxidante, hepatoprotectora, antiartrítica y antirreumática. En los gatos produce una acción euforizante aún mayor que la de la denominada “catnip”.

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