Se denomina comúnmente “Suspiro costero”, o “Suspiro del mar”, a la planta suculenta rastrera denominada científicamente Nolana paradoxa, originaria de la costa oeste de América del Sur (Perú y Chile) y miembro de la familia Solanaceae. Nunca sobrepasa los quince centímetros de alto pero sus tallos se expanden bastante por la periferia; su hábitat natural se encuentra en las zonas arenosas o pedregosas que bordean el mar, entre el nivel de éste y los doscientos metros de altitud.
Actualmente se la emplea como especie ornamental en los jardines. Está habituada a la humedad ambiente, debido a las neblinas costeras y no resiste la sequía, tampoco las heladas. Necesita sol pleno. Forma parte del fenómeno conocido como “Desierto florido” en Atacama, Chile, visitado por turistas de todo el mundo que acuden a ver a esta y otras decenas de especies que dan vida a las grandes extensiones arenosas con su floración durante la primavera, en años en los que la lluvia es generosa.
Sus hojas basales, de mayor tamaño, aparecen dispuestas en forma de roseta; las que se disponen alrededor de los tallos verde-rojizos son ovales, acuminadas y presentan los márgenes revolutos hacia atrás; todas tienen consistencia carnosa y las nervaduras más claras y muy marcadas; algunas veces muestran una ligera pubescencia en la cara superior.
Las flores son grandes, axilares y solitarias; tienen cinco pétalos azul-celestes (con una mancha blanca y otra amarilla central en la base) dispuestos de manera acampanada; el ovario es superior; tiene además cinco estambres de largo desigual que sostienen anteras repletas de polen blanco-amarillento; el cáliz lo conforman cinco sépalos verdes lanceolados montados parcialmente uno sobre otro por los lados o, las más de las veces, soldados entre sí. Presentan la particularidad de entrecerrarse cuando la luz mengua. Los frutos son oscuros y pluricarpelares.