El Labiérnago

El Labiérnago

El Labiérnago, que responde al nombre científico de Phillyrea angustifolia, es un arbusto perennifolio de consistencia leñosa que pertenece a la familia . Suele medir entre dos y tres metros de alto. Se lo llama también comúnmente “olivillo” dado que sus frutos son similares a las olivas o aceitunas que produce el olivo. Es originaria de las costas occidentales del Mar Mediterráneo, donde la encontramos principalmente formando parte de la vegetación de sotobosque y a altitudes de medias a bajas porque no tolera los fríos fuertes. En los jardines se la emplea como ornamental y no precisa mayores cuidados.

Tiene hojas simples, largas, estrechas y de aspecto coriáceo que se distribuyen de manera opuesta en las ramas, son de color verde oscuro en el frente y más claras en la cara inferior; miden alrededor de seis centímetros de largo y suelen tener el borde entero pero algo serrado en el agudo ápice; están sostenidas por pecíolos muy cortos.

Las pequeñas flores son blancas o amarillentas, con sus cuatro pétalos parcialmente unidos en forma tubular; despiden bastante aroma y se reúnen en inflorescencias axilares de tipo racimo; cuatro sépalos las protegen; atraen a las abejas gracias a su polen, por ello es bueno tener Labiérnago si se practica la apicultura.

Los frutos, de menos de un centímetro de diámetro, son drupas oscuras de consistencia carnosa; junto con las hojas de la planta se emplea dentro de la medicina no tradicional como astringente; se dice que es buena, además, en casos de úlceras en la cavidad bucal puesto que seca los tejidos.

Es una planta bastante resistente a la sequía que precisa de mucho sol. Se la puede reproducir mediante semillas y esquejes. Su madera es utilizada como combustible y debido a la gran cantidad de taninos que contiene se la emplea en la industria para curtir cueros.

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