Recibe el nombre popular de Parra virgen una enredadera caducifolia, de consistencia leñosa, originaria de América del Norte y registrada científicamente como Parthenocissus quinquefolia, que se ubica dentro de la familia Vitaceae. Se la emplea como ornamental en los jardines para cubrir paredes y cercos; puede superar los quince metros de alto.
Tiene tallos cilíndricos y trepa mediante zarcillos provistos de terminales adherentes similares a ventosas. Posee hojas compuestas por cinco folíolos peciolados, de forma oval y con el borde serrado, que se disponen de manera alterna en las ramas. Pasan de verde intenso a rojo, al llegar el otoño, para finalmente caer.
Hacia finales de la primavera aparecen sus pequeñas flores amarillo-verdosas reunidas en inflorescencias de tipo racimo o panícula. Los frutos son bayas tóxicas de sabor amargo, con poco más de medio centímetro de diámetro y la piel de color azul oscuro, casi negro.
Esta trepadora no tiene problema en cuanto a la luz solar que reciba, adaptándose bien a cual sea la intensidad y al tiempo de exposición. Resiste el calor fuerte pero no las temperaturas muy bajas. Prospera en todo tipo de terreno aunque los prefiere profundos, con bastante humus y materia orgánica.
El riego deberá mantenerse regular, sin encharcamientos y en el agua conviene agregar cada tanto algún fertilizante mineral. No precisa podas pero a veces se le realizan para guiarla, es el momento de proveerse de esquejes para multiplicarla luego, los tiernos se pondrán en un sustrato de partes iguales de tierra negra y arena a fines del verano, mientras que a los leñosos les llegará su tiempo al comenzar la primavera. Suelen atacarla la “arañuela roja” y las “cochinillas”, contra ambas emplear agua jabonosa pulverizada sobre el follaje.