Se conoce popularmente como Pelo de lobo a una planta perenne, de consistencia herbácea, miembro de la familia Poaceae, que responde al nombre científico de Agrostis curtisii, o Agrostis rupestris. Se la encuentra distribuida por todo el oeste y sudoeste europeo y el norte de África. Crece en forma de mata espesa entre los brezos y en los claros de los bosques, en climas templados, desde el nivel del mar hasta los mil quinientos metros de altitud; mide de veinte a cincuenta centímetros.

Posee un rizoma con numerosas raicillas en cabellera. Los tallos son erectos y glabros, excepto por debajo de la panícula donde se tornan escábridos, cubiertos de pelos cortos, tiesos y ásperos al tacto. Tiene hojas rígidas muy angostas, de lineares a lanceoladas y color verde-grisáceo.

Florece entre fines de la primavera y principio del verano. Sus diminutas flores hermafroditas (cubiertas casi por completo por glumas membranosas desiguales) cuentan con un ovario provisto de dos estilos y con hasta tres estambre y se agrupan en espiguillas que a su vez forman una densa panícula de alrededor de diez centímetros de largo sostenida por un corto pedúnculo. Los frutos son cariópsides, de entre dos y cinco milímetros, que contienen una sola semilla.

Le agradan las ubicaciones a pleno sol pero tolera algo de sombra. Prefiere suelos secos y ácidos, con turba o arena y pobres en nitrógeno. Debido a la destrucción de su hábitat natural se temía por su supervivencia, pero se ha recuperado dado que tiende a colonizar áreas abiertas con gran rapidez, mediante el macollaje.